By Dr. Fernando Cabrera Bueno on Wednesday, 10 August 2016
Category: Artículo médico divulgativo sobre cardiología

Consumo de cafeína y riesgo cardiovascular: poco motivo de preocupación

El consumo de cafeína es prácticamente omnipresente en nuestra sociedad. Se encuentra de forma natural en el café, té, chocolate y refrescos de cola. Además, la cafeína a menudo se añade a las bebidas, alimentos, analgésicos y otros productos.

Un artículo recientemente publicado en el Journal of American Heart Association describe la relación entre la ingesta de productos con cafeína y la aparición de arritmias, evaluadas por Holter-ECG de 24 horas en un Estudio de Salud Cardiovascular (1). La investigación incluyó a 1300 adultos y todos los participantes eran > 65 años de edad. Los autores informan de que no encontraron asociación entre la ingesta de productos con cafeína y la prevalencia de arritmias auriculares o ventriculares.

Factores de riesgo cardiovascular: la presión arterial y los lípidos

a. Presión arterial

En un estudio clásico publicado a finales de los 1970 se informó de que 250 mg de cafeína (2-3 tazas de café), administrado por vía oral en una unidad de investigación clínica con adultos que no ingerían productos con cafeína de manera regular, la renina plasmática se elevaba un 57%, la noradrenalina plasmática un 75%, la normetanefrina en plasma un  207%, y la presión arterial se elevaba 14 /10 mmHg.

Otros estudios clínicos que han estudiado los efectos crónicos del consumo de productos con cafeína sobre la presión arterial han ofrecido resultados que generalmente le atribuyen también un efecto nulo. Se cree que la genética, el fumar, y otros aspectos de la dieta pueden modificar más la presión arterial y los lípidos (2). De hecho, el metanálisis de Zhang en 2011 que incluyó más de  170.000 adultos y más de 32.000 nuevos casos de hipertensión, no se encontró asociación entre la ingesta de cafeína y el desarrollo de hipertensión (3).

b. Lípidos

La investigación ha sugerido que tanto el colesterol total en plasma y el colesterol de lipoproteínas de baja densidad (LDL) puede aumentar si el café se hierve durante el proceso de elaboración. Sin embargo, un metanálisis basado en 12 ensayos controlados aleatorios sobre el consumo diario de café mostró que el consumo de cafeína llevó a aumentos en el colesterol sérico total (aumento medio 8,1 mg / dl), colesterol de las lipoproteínas de baja densidad  o LDL (aumento medio de  5,4 mg / dl) y triglicéridos (12,6 mg / dL). Los mayores incrementos en los niveles de lípidos se observaron para el café hervido en comparación con el café filtrado, y por contrario el café descafeinado tuvo poco efecto sobre los lípidos en sangre (4).

Riesgo de enfermedad aterosclerótica cardiovascular

Un metaanálisis que incluyó datos de 36 estudios clínicos, con más de 1.000.000 participantes, y más de 36.000 casos de enfermedad cardiovascular (ECV), ha demostrado una relación no lineal entre el consumo crónico de café y el riesgo de ECV. En comparación con la categoría más baja de consumo de café (mediana, 0 tazas al día), el riesgo relativo de enfermedad cardiovascular fue de 0,89 durante una media de 1,5 tazas por día, 0,85 durante una media de 3,5 tazas por día, y 0,95 para una la ingesta media de 5 tazas al día. Los autores concluyeron que el consumo de café se asoció tanto con enfermedad coronaria, como con accidente cerebrovascular; sin embargo, el riesgo más bajo de ECV se produjo a las 3-5 tazas por día, y el consumo excesivo de café no se asoció con un aumento de riesgo de ECV. Los mismos autores, al analizar la mortalidad, observaron que la ingesta moderada de café con cafeína o descafeinado se asoció positivamente con el riesgo más bajo de mortalidad cardiovascular o por cualquier causa (5).

Arritmias

En el estudio de Dixit et al., los autores mostraron que la frecuencia de contracción auricular prematura, contracciones ventriculares prematuras, taquicardia supraventricular y rachas de taquicardia ventricular no están asociadas con el número de porciones de cafeína (té,café o chocolate) consumidas sobre una base de consumo moderado y regular. El subgrupo de análisis de estudio con el té, el café, el chocolate tampoco mostró ninguna asociación con la prevalencia de arritmias.

Estos hallazgos son concordantes a otros trabajos. Por ejemplo, en un estudio prospectivo de pacientes con taquicardia supraventricular conocida, los sujetos fueron asignados al azar a la cafeína versus placebo antes de la estudio electrofisiológico y los investigadores no encontraron diferencia en la capacidad de inducción de arritmias (6).

Hasta aquí, podemos decir que el consumo de cafeína aislado parece ser benigno, pero existe una creciente evidencia de que las sustancias como la taurina y el guaraná, presente en algunas bebidas con cafeína, puede ser perjudiciales. Existen múltiples informes en la literatura sobre las arritmias y/o la muerte tras el consumo excesivo de bebidas energéticas antes de la realización de ejercicio. Según el registro de abuso de sustancias y el Servicio de Administración de Salud Mental (Substance Abuse and Mental Health Services Administration), se habían registrado más de 20.000 visitas a las áreas de emergencia relacionadas con las bebidas energéticas en 2011.

El problema es que muchas bebidas con cafeína especializadas tienen un gran número de calorías, y esto sí puede ser un peligro para la salud, al favorecer el desarrollo de la hiperglucemia y la diabetes mellitus. Pir ejemplo, un espresso doble de un restaurante (150 mg de cafeína, 0 calorías) puede no ser un hábito problemático, frente a la ingesta frecuente de, por ejemplo, un Monster Energy (160 mg cafeína, 300 calorías) (7).

Conclusiones

En resumen, basándonos en estudios publicados recientemente, incluyendo cohortes prospectivas, investigaciones clínicas, y metaanálisis, en general, el consumo de café es seguro para el corazón.

En cuanto a los factores de riesgo de ECV, hay poca evidencia de que el consumo crónico de consumo de café aumente sustancialmente la presión arterial, si bien es cierto que cuando se hierve durante su elaboración puede elevar discretamente los niveles de lípidos aterogénicos, pero otros métodos de elaboración no parecen tener este efecto.

Por último, hay poco riesgo de arritmias auriculares o ventriculares en la mayoría de los niveles de consumo de cafeína habitual en nuestra sociedad.

La investigación futura en esta área es de especial interés en relación con nuevas bebidas con cafeína, con mayores cantidades de cafeína por ración y con un gran número de calorías.

Bibliografía

1. Dixit S, Stein PK, Dewland TA, Dukes JW, Vittinghoff E, Heckbert SR, Marcus GM. Consumption of caffeinated products and cardiac ectopy. J Am Heart Assoc. 2016;5:e002503 doi: 10.1161/JAHA.115.002503.

2. Guessous I, Eap CB, Bochud M. Blood pressure in relation to coffee and caffeine consumption. Curr Hypertens Rep. 2014;16:468.

3. Zhang Z, Hu G, Caballero B, Appel L, Chen L. Habitual coffee consumption and risk of hypertension: a systematic review and meta-analysis of prospective observational studies. Am J Clin Nutr. 2011;93:1212–1219.

4. Cai L, Ma D, Zhang Y, Liu Z, Wang P. The effect of coffee consumption on serum lipids: a meta-analysis of randomized controlled trials. Eur J Clin Nutr. 2012;66:872–877.

5. Ding M, Bhupathiraju SN, Satija A, van Dam RM, Hu FB. Long-term coffeeconsumption and risk of cardiovascular disease: a systematic review and adose-response meta-analysis of prospective cohort studies. Circulation.2014;129:643–659.

6. Lemery R, Pecarskie A, Bernick J, Williams K, Wells GA. A prospective placebo controlled randomized study of caffeine in patients with supraventricular tachycardia undergoing electrophysiologic testing. J Cardiovasc Electrophysiol. 2015;26:1–6.

7. Caffeine Content of Food and Drugs, 2016. Available at: http://www.cspinet.org/new/cafchart.htm. Accessed January 7, 2016.

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