¿Qué es la fibrilación auricular?

Normalmente, el corazón se contrae y se relaja con un ritmo regular (ciclo cardíaco). Ciertas células del corazón (sistema eléctrico específico de conducción) emiten señales eléctricas que hacen que el corazón se contraiga y bombee la sangre rítmicamente, a distinta frecuencia según las necesidades del organismo. Estas señales eléctricas se pueden ver en un registro de electrocardiograma (ECG, figura 1), que permite comprobar si el ritmo del corazón es o no el normal.

En la fibrilación auricular (FA) las aurículas (dos pequeñas cámaras superiores del corazón) no laten correctamente de una manera rítmica y enérgica (figura 2). En vez de latir a un ritmo normal, las aurículas laten de forma irregular y de un modo rápido. Es importante que el corazón funcione adecuadamente para que el cuerpo obtenga el oxígeno que necesita.

 

¿Cómo puedo saber si tengo fibrilación auricular?

Éstos son algunos de los síntomas que puede llegar a padecerse:

 

¿Puede provocar otros problemas la fibrilación auricular?

Sí. Se puede vivir con fibrilación auricular de forma permanente, con una frecuencia cardíaca adecuada (controlada o no con fármacos específicos), pero podrá causarle otros problemas médicos, entre los que destacan:

*El riesgo de padecer un ataque cerebral es cinco veces mayor en personas con fibrilación auricular (figura 3). Esto sucede porque, con la fibrilación auricular, la sangre se puede acumular en las aurículas y formar coágulos.

 

¿Qué se puede hacer para evitar la arritmia y sus complicaciones?

Las opciones de tratamiento pueden incluir uno o más de los siguientes:

 

Su tratamiento dependerá de la causa de su fibrilación auricular y su nivel de incapacidad.

 

¿Cómo puedo reducir mi riesgo de ataque cerebral?

Para reducir el riesgo de padecer un ataque cerebral, su médico puede recetarle medicamentos que eviten la formación de coágulos. Dos ejemplos son los anticoagulantes y los antiplaquetarios como la aspirina. Los anticoagulantes incluyen la warfarina y el acenocumarol (comercializado en España con el nombre de Sintrom®) y otros tres medicamentos comercializados en los últimos años, conocidos como nuevos anticoagulantes orales NAC: dabigatrán, rivoroxabán y apixaban.

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