El consumo de cafeína es prácticamente omnipresente en nuestra sociedad. Se encuentra de forma natural en el café, té, chocolate y refrescos de cola. Además, la cafeína a menudo se añade a las bebidas, alimentos, analgésicos y otros productos.
Un artículo recientemente publicado en el Journal of American Heart Association describe la relación entre la ingesta de productos con cafeína y la aparición de arritmias, evaluadas por Holter-ECG de 24 horas en un Estudio de Salud Cardiovascular (1). La investigación incluyó a 1300 adultos y todos los participantes eran > 65 años de edad. Los autores informan de que no encontraron asociación entre la ingesta de productos con cafeína y la prevalencia de arritmias auriculares o ventriculares.
Factores de riesgo cardiovascular: la presión arterial y los lípidos
a. Presión arterial
En un estudio clásico publicado a finales de los 1970 se informó de que 250 mg de cafeína (2-3 tazas de café), administrado por vía oral en una unidad de investigación clínica con adultos que no ingerían productos con cafeína de manera regular, la renina plasmática se elevaba un 57%, la noradrenalina plasmática un 75%, la normetanefrina en plasma un 207%, y la presión arterial se elevaba 14 /10 mmHg.
Otros estudios clínicos que han estudiado los efectos crónicos del consumo de productos con cafeína sobre la presión arterial han ofrecido resultados que generalmente le atribuyen también un efecto nulo. Se cree que la genética, el fumar, y otros aspectos de la dieta pueden modificar más la presión arterial y los lípidos (2). De hecho, el metanálisis de Zhang en 2011 que incluyó más de 170.000 adultos y más de 32.000 nuevos casos de hipertensión, no se encontró asociación entre la ingesta de cafeína y el desarrollo de hipertensión (3).