Blog del Cardiólogo Fernando Cabrera Bueno (Málaga)
Blog sobre cardiología y atención sanitaria de las enfermedades del corazón
Obesidad infantil
Obesidad infantil y corazón
La prevalencia de la obesidad en los niños se ha triplicado desde 1971 hasta 2011. Por esta razón, la obesidad infantil ahora es un problema de salud destacado entre los padres del mundo desarrollado, superando incluso el abuso de drogas, de alcohol y el tabaquismo.
Entre los niños de hoy en día la obesidad está causando una amplia gama de problemas de salud que antes no se presentaban hasta la edad adulta. Estos incluyen la presión arterial alta, la diabetes mellitus tipo 2 y los niveles de colesterol elevados en la sangre. También hay efectos psicológicos derivados, ya que los niños obesos son más propensos a tener baja autoestima y más tendencia a la depresión.
Tal vez una de las declaraciones que más dan que pensar con respecto a la gravedad de la epidemia de la obesidad infantil procede del excirujano General Richard Carmona, que definía la amenaza de la siguiente manera:
"Debido a las crecientes tasas de obesidad, los malos hábitos alimenticios y la inactividad física, veremos a la primera generación que va a ser menos saludable y con una esperanza de vida más corta que sus padres."
¿Cuál es el "exceso de peso" en los niños?
Al definir el sobrepeso en niños y adolescentes, es importante tener en cuenta el peso y la composición corporal. En los niños se realiza utilizando el percentil 95 o el índice de masa corporal (IMC) en la tabla de crecimiento CDC a través de su pediatra.
En Estados Unidos, como ejemplo de “sociedad desarrollada”, la prevalencia de la obesidad en niños de entre 2 a 5 años aumentó desde el 4,8% en 1971-1974 al 12,1% en el periodo 2009-2010. En niños de entre 6-11 años, la prevalencia de la obesidad aumentó del 4,0% entre 1971-1974 al 18,0% en 2009-2010. Por último, la prevalencia de sobrepeso en los adolescentes de entre 12-19 años aumentó del 6,1% al 18,4%.
¿Cómo se puede prevenir y tratar el sobrepeso en los niños?
Debido a lo expuesto, alcanzar y mantener un peso corporal adecuado es importante desde la infancia. La manera más saludable de lograr el peso adecuado es cambiar gradualmente el estilo de vida.
Por ello, las recomendaciones que se centran en los cambios pequeños pero permanentes en los hábitos alimenticios y la actividad física pueden funcionar mejor que una serie de cambios a corto plazo que no se pueden mantener de forma sostenida.
¿Cómo se mide la grasa corporal?
El índice de masa corporal (IMC) evalúa peso en relación con la altura. Es una herramienta útil para medir indirectamente la cantidad de grasa corporal en niños y adultos, aunque se deben utilizar diferentes herramientas de medición.
¿Cómo prevenir y combatir la obesidad infantil?
El equilibrio es la clave para ayudar a mantener un peso saludable. Se deben equilibrar las calorías que se consumen (siendo muy importantes las bebidas), con las calorías utilizadas a través de la actividad física y en el crecimiento normal.
Los niños y adolescentes con sobrepeso u obesos deben reducir la tasa de aumento de peso equilibrando su dieta, al tiempo que esta debe permitir un crecimiento y desarrollo normales. No debe ponerse a dieta a un niño sin consultar con su médico.
Equilibrio de calorías: cómo ayudar a los niños a desarrollar hábitos alimenticios saludables
- Ofrecer comidas y bebidas nutritivas con un número adecuado de calorías. Se puede ayudar a desarrollar hábitos alimenticios saludables al proponer platos más saludables evitando productos hipercalóricos (como la bollería industrial). Es muy importante fomentar hábitos alimenticios saludables.
- Proporcionar generosas proporciones de verduras, frutas y productos integrales.
- Incluir leche o productos lácteos bajos en grasas.
- Elija carnes magras, aves, pescado, lentejas y otras legumbres para el aporte de proteína.
- Sirva porciones de tamaño razonable.
- Anime a su familia a beber mucha agua.
- Limite las bebidas edulcoradas con azúcar (sacarosa), sodio (sal) y grasas saturadas.
Es muy útil retirar las tentaciones abundantes en calorías (“si no hay en casa, no se consumen”) cuando son pequeños, y hacerles comprender los beneficios de la dieta cuando por su madurez puedan entenderlo, así como los derivados de la actividad física.
Sabemos que la actividad física tiene grandes beneficios para la salud, como son:
- El fortalecimiento de los huesos.
- La disminución de la presión arterial.
- La reducción del estrés y la ansiedad.
- El aumento de la autoestima.
- Ayuda a controlar el peso.
Por ello hay que promover a los niños a mantenerse activos. Los niños y adolescentes deben realizar al menos 60 minutos de actividad física de intensidad moderada varios días de la semana, y cada día si es posible.
Por otro lado deben minimizar el tiempo de sedentarismo. Aunque el tiempo “tranquilo” para la lectura y las tareas están bien, debería limitarse el "tiempo de pantalla" (televisión, teléfonos, videojuegos, Internet) a no más de dos horas al día. La Academia Americana de Pediatría desaconseja la televisión para los niños de menos de 2 años de edad.
A efectos prácticos, las recomendaciones que se centran en cambios pequeños pero permanentes sobre los hábitos alimenticios y de actividad física pueden funcionar mejor que una serie de cambios a corto plazo que no pueden ser mantenidos de una forma sostenida en el tiempo.
Para más información visite www.heart.org
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